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Reglas del curling

El Curling es un deporte de equipo que se desarrolla sobre un pequeño campo helado pintado de forma simétrica, ya que cada tanda se realiza en una dirección. El objeto de este deporte es deslizar pesadas piedras de granito con asas a través del hielo, tratando de que se detengan sobre una diana marcada en el campo y que se denomina Tee o Casa.

Cada equipo se compone de cuatro miembros. El primero debe ser un jugador con la precisión suficiente como para ser capaz de colocar las primeras piedras en el lugar deseado, mientras que el segundo integrante debe ser un buen lanzador, capaz de acertar a las piedras de los rivales y expulsarlas de la zona de juego. El tercer participante es responsable de ejecutar las maniobras más complicadas, mientras que el cuarto, llamado skip, hará las veces de capitán del equipo y será el responsable de la estrategia a seguir en cada uno de los lanzamientos.

Un partido de curling tiene 10 tandas o entradas. El primer jugador realiza el lanzamiento inicial desde un punto marcado llamado “hack”, debiendo la piedra de cruzar la línea denominada “hog line” para que el lanzamiento sea válido. De forma alternativa se van lanzando todas las piedras de cada equipo hasta un total de 8 piedras (dos por cada jugador).

El barrido de la pista es muy importante y puede ser realizado hasta por los cuatro miembros del equipo si es necesario. Se usan para ello unas escobas o cepillos de material sintético especial y su objetivo es eliminar las impurezas de la pista para que la piedra tenga un mejor deslizamiento hacia su objetivo. Si la piedra sobrepasa la zona central de la casa, sólo un jugador de cada equipo (normalmente el skip) puede barrer. Esta acción es tan importante que dejar de cepillar en el momento apropiado puede hacer que la piedra se detenga justamente en el lugar deseado.

El curling es un deporte eminentemente de estrategia, en el que el capitán del equipo decide en cada momento si es más conveniente intentar colocar una piedra en la casa, colocar una barrera para proteger una piedra propia o impedir el paso del rival, o si, por el contrario, es más interesante eliminar una piedra del contrario, una acción denominada un “take out”.

La puntuación se calcula según el número de piedras colocadas lo más cerca posible de la zona central de la casa y antes de la piedra más cercana del rival. Es un deporte eminentemente de caballeros, por lo que la presencia de los jueces es prácticamente testimonial, ya que son los capitanes de los equipos los que calculan la distancia entre las piedras de la casa y determinan así el número de ellas que puntúan en cada ronda. En caso de empate al final de las 10 tandas, se juega una ronda extra de desempate. Por el contrario, si un equipo cree que ya no tiene posibilidades de remontar el partido, puede en cualquier momento abandonar el mismo y otorgar la victoria al rival, ya que la diferencia de puntos no cuenta en la clasificación deportiva. Incluso es un buen detalle el no prolongar de forma absurda un encuentro cuando el resultado final del mismo ya está decidido.

Cada entrada suele durar unos 15 minutos y en completar un encuentro normalmente se suele tardar unas dos horas y media.

Al curling además de un deporte se le puede considerar casi como una filosofía deportiva. Es un juego amistoso en el que se han de seguir unas normas de protocolo. Antes de iniciarse el partido y al finalizar el mismo todos los jugadores han de estrecharse la mano y el equipo ganador debe de invitar al perdedor a una ronda de cortesía en el bar. Otro elemento primordial es la honestidad en el juego, por lo que en la mayoría de los encuentros se prescinde de los árbitros. Cualquier falta cometida debe reconocerse inmediatamente. Por supuesto los insultos, palabras malsonantes y el lenguaje o los gestos ofensivos están fuera de lugar, pudiendo ser sancionado el jugador con la suspensión.